Monday, April 11, 2005

Rumba... ¡mambo!

Una oportunidad encontraré algún día
Entre las calles voy buscando un haz de luz
Detrás de un nuevo amor va la gente perdida
Salen a caminar su diario deja vú
Abuela: -... ¿Y siempre tenés todo ordenadito en tu casa, Hernán?
Yo: -Sí abue, todo ordenado, limpio y en su lugar, así como a mí me gusta. Y ahora que estoy solo solo, más todavía.
Abuela (torciendo la boca): -A este no lo casamos más...
Yo: o.O
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Me están volviendo esas cosas a la cabeza, esos mambos que pensé que ya no tenía más, que una vez me motivaron a volver. Y volví. Y la pegué, porque el tipo era una masa.
A pesar de que nunca confié en la psicología completamente, siempre dije que quien quiere estar mejor, a la larga o a la corta, lo consigue.
Entre las conclusiones a las que llegamos a lo largo de las sesiones, estaban:
. Que debería encontrar una forma artística de sacar afuera todo lo que no puedo decir (contenido y forma), porque con un blog no alcanza, y tampoco con boludear con la guitarra o con la armónica. Las sugerencias fueron un taller de literatura, o clases de música en serio, o algo de teatro. Actualmente: en veremos.
. Que mi vocación es, dejémonos de joder de una vez por todas, el notariado. Es lo que me gusta, y tengo aptitudes para eso --o por lo menos algunas de las características de mi personalidad son compatibles con la profesión del escribano. Y que por lo tanto depende enteramente de mí seguirla o no.
. Que estoy solo porque quiero. No estoy dispuesto a ceder ni un poquito mi libertad e independencia. Hasta que aparezca ella, quien me vuele la peluca, y ahí cagamo la fruta. Se me van a ir todos los esquemas a la mierda y me voy a volver del todo psicótico.
. Que sigo en lucha constante con mi ego, viviendo con vergüenza mis logros y minimizándolos para no sentirme altanero o sobrador. Remarcándome sin embargo, una y otra vez, todas mis metidas de pata.
. Que soy capaz de ser feliz.
Pero pasó que el Dr. Mario Golder se murió, a fines de enero.
Me descolocó, bastante. Por un par de meses, hasta mi morboso inconsciente me consideró dado de alta. La realidad es que todavía no sé cómo elaborarlo...
Por lo pronto me conformo con sacarlo afuera.
H.