Friday, October 29, 2004

Segundo a segundo

Si me cansé de obedecer, de ser correcto
Me corresponde ser obediente a mi parecer
Y hoy me doy cuenta que padeciendo también me canso
Siempre que no pertenezca voy a pertenecer

Si me cansé de ceder
Fue porque cediendo te vas muriendo en vida
Si me cansé de llorar
Fue porque en las lágrimas no encontré salida
Si me cansé de siempre correr
Fue porque muchas cosas las perdí
Por correr noche y día
Si me cansé de mirar
Fue porque mirando ví una vez a la muerte
Semanas sin postear nada de nada, sin cambiar el template, sin comentar en mis blogs favoritos... y no es la última vez que va a pasar.
Ya tengo contratada a Marü, de palabra, para que se encargue de hacer todo el diseño de nuevo --el mío terminó siendo repulsivo. Falta poco, ya va a mejorar y voy a volver a quererlo.
No voy a explayarme sobre mis últimos tres días en el festival en Ferro, a esta altura ya no es nada interesante y mis memorias tampoco están tan frescas. Basta decir que el balance fue muy bueno, la pasé bárbaro y sindudamente en un año me verán paseando por allí otra vez.
Prefiero recordar mi cumpleaños y el finde que le siguió.
Éramos más de 35 personas en casa (y eso que no es muy grande), gente querida por donde se mirara, y todos con la mejor onda. Y la pasé mucho mejor de lo que esperaba.
Es que nunca me gustó mi cumpleaños --sí, así como hay gente que con las fiestas en fin de año se pone medio melancólica y triste, o hay quienes odian los domingos por lo depresivos que pueden volverse, yo deseo que mi cumple pase rápido y no vuelva por mucho tiempo más. Pero el desgraciado siempre regresa un año después.
No me molesta recordar que el tiempo no para, eso lo tengo siempre presente. Mi intento de explicación: todo tiene que ver con mi forma de ser en general. Desde chiquito prefiero el bajo perfil a los primeros planos, a ser el centro de atención. Disfruto de pasar desapercibido, y por eso mi ropa poco llamativa, con colores sobrios, nada de tonos chillones ni modelos que puedan atraer miradas. No me gusta que los ojos de los demás estén sobre mí, ni para bien ni para mal. Si alguien piensa que este rol es nada más y nada menos que "extra de la vida", estoy de acuerdo: soy un actor secundario, no me gustan los protagónicos. No soy estrella, nací para ser el tipo ordinario que pasa caminando por atrás mientras la acción se desarrolla en otro lado. Para resumir, ese día, en el que tantos pensamientos están dirigidos a mí, me supera, me hace sentir incómodo.
Terminamos unas doce personas saliendo, con alto nivel etílico en sangre. Y los festejos siguieron el sábado en otro cumpleaños (en Club 74, onda setentosa, muy pintoresco), acompañado de desayuno de tortas sobrantes, con Marü en casa, y el domingo en la tarde en Parque Lezama tomando algo mientras sonaba Arbolito en vivo. Me acuerdo de lo poco que dormí y todavía no entiendo cómo aguanté.
Pero las noches de diversión se prolongaron. Rapidito: lunes, fui apoyo moral y cervecero para Rodrigo en momentos duros con su ahora ex (?); martes, fui invitado VIP =P en el Roxy con la presentación en vivo del nuevo disco de Cuentos Borgeanos, cuyo cantante, ex batero de Catupecu Machu, es novio de una amiga del hermano de Ro (latas de Quilmes a montones + pizzetas y sanguchitos + famosos dando vueltas por ahí + buen show + todo gratis), y final de noche en Jobs (más cerveza!); miércoles, demasiado en el dos por uno de Museum. Me desconozco totalmente.
-------------
Hoy es viernes. Hoy voy, de vuelta. Hoy... ¿me animaré? Lo dudo mucho.
H.

Sunday, October 10, 2004

- Anexo Ferrero - Día 4

Siguió el festival. Se me había pasado aclarar algo, no se confundan: no es de rock, eso es mentira. Es de música y punto. Esta vez me esforcé y llegué a eso de las 5 pm; y desde la cola en la puerta hasta que me tomé el colectivo para volver, estuve mirando remeras y caras en busca de mi amiguita virtual, arbolera y bersuitera Floppy. Aunque estaba, nunca la encontré. Volviendo a lo otro, igual me enojé conmigo por no llegar para el show de Cuentos Borgeanos.
De una me mandé hasta donde estaba la gente haciendo piruetas en patineta; eso y la música de Ana Bolena de fondo hicieron que el comienzo fuera alentador. Baobab tocaba an ese mismo momento, pero no me molestó no escucharlos. Ah, me avivé y me hice de un folletito con los horarios apenas pisé el estadio, cosa de organizarme y ver todas las bandas que me interesaban, recordando lo de los días anteriores y las malparidas superposiciones de shows en distintos escenarios.
Honestamente, por momentos me sentí viejito. Era demasiado abundante el espíritu adolescente que se respiraba en Ferro, con un promedio --me arriesgo-- de 16 años. Y creo que el 80% eran alternos o como se les diga a quienes tienen esta onda alternotonta tan famosa. Yo me paseaba vestido de negro, sin inscripciones (no-logo!), con mis zapatillas recitaleras todas destrozadas, y a mi alrededor veía tanta producción, peinados, maquillajes, vestuario cuidado... por las bandas que tocaban era razonable esperar una escena así. Ojo, todo bien con los alternos, es sólo una descripción de lo que veía, y de lo fuera de lugar que me imagino habrán pensado que estaba yo. Pero caminaba bien pancho, comiendo mi alfajor, uno de los que trajo mi abuela de las termas de Río Hondo, a modo de merienda.
Lo nuevo es que estaban palpando a la gente en la entrada, y no fue tan "viva la pepa" como el fin de semana pasado. Igual, aunque no ví quilombos, mucho no me importaba lo que la policía se moviera o dejara de moverse porque en el Juzgado ya no estábamos de turno =P
Me dí el gusto de escuchar a Capri en vivo, con un sonido impecable y todos (bastantes) prestando mucha atención a su performance. Quedé satisfecho, sonaron muy bien. Siguiendo con mi paseo, me colgué un rato viendo al Robi Draco Rosa ese, que no me llamó mucho la atención. Preferí darle un poco de apoyo como público a Victoria Mil, haciendo mi obra de bien del día.
Como la última vez había aguantado sin mayores dolores, anoche fui decidido a saltar como en los viejos tiempos, hasta que los pulmones no funcionen más, sin pensar en columnas o piernas. Con Árbol canté y salté a morir, estuve a punto de caerme en Enes y en Vomitando Flores (igual nada que ver con el año pasado en River, que ese tema la rompió... esta vez fue: todos agachados), y la verdad es que mucha gente iba al festival a verlos a ellos. Lástima que tocaban al mismo tiempo que los Natas (qué broncaaaaaaa), y me tuve que quedar con las ganas. Después miré dos minutitos a Adicta y salí corriendo para Kapanga, que fue una fiesta increíble --tocaron todos temas que me gustan, y de vuelta, pogo sin restricciones. Catupecu tuvo un par de problemas con el sonido pero zafaron a tiempo, y lo pasé bárbaro recordando viejas épocas musicales, gracias a toda la fuerza que tienen en vivo.
Shhh, un secreto. Descubrí que el baño que queda a la derecha del escenario grande, por el camino donde el único cartel dice "Salida", está siempre vacío, porque nadie se quiere ir sino que quieren ir al baño XD, así que entre banda y banda no tenía que hacer cola para, literlamente, bañarme bajo la canilla fría!
Babasónicos... bueh... me gusta su música, y en vivo se toman mucho trabajo con el despliegue, pero igual... me fui a tomar un café con un alfajorcito de maicena, me senté un rato en las gradas, miré el escenario desde un costado, desde el otro, desde atrás, me crucé con Gustavo Olmedo (de Rock & Pop) caminando de la manito con Romina Nosecuanto (modelo y VJ de MuchMusic), me crucé con Sebastián Bianchini (de Árbol) repartiendo a unas niñas pulseritas para entrar al VIP (de hecho lo seguí un rato por si Floppy lo andaba revoloteando, pero no, y encima el pibe se dio cuenta y me puso cara de tujes, mal), lo ví a Joaquín Levinton (el enano maldito ese, baboso al mango y un poquitín creido --en otro momento contaré los porqués de mi descripción--, cantante de Turf), y terminé sentado atrás... Ejem, para concluir, me quedé dormido en los últimos dos o tres temas. No me causa gracia, es que no lo pude evitar!
Esta noche no me toca visitar Caballito, porque a Bersuit ya los ví en el Luna y no estoy como para andar tirando la plata; aparte a la tarde voy a un show de danza árabe en el que baila mi amiga Vale (no la veo desde el año pasado! =S). Además, más a la noche tengo cena familiar en mi casa. Es una lástima perderme a Oisin, Palo Pandolfo, Carca y la Mancha, pero todo no se puede. Ergo, día 5 estará ausente en mi cada vez más aburrido blog.
Me voy con una reflexión, algo que me dí cuenta de que tanto Fernando Ruiz Díaz como la gente me estaban gritando y gritando sin parar, y yo sólo saltaba y no me daba por aludido:





D A L E ! ! !




H.

Cayeron algunas gotas

Anger, he smiles
Towering in shiny metallic purple armour
Queen Jealousy Envy waits behind him
Her fiery green gown sneers at the grassy ground

Blue are the life-giving waters taken for granted
They quietly understand
Once happy turquoise armies lay opposite ready
But wonder why the fight is on

[...]

My red is so confident that he flashes trophies of war
And ribbons of euphoria
Orange is young, full of daring
But very unsteady for the first go 'round

My yellow in this case is not so mellow
In fact I'm trying to say it's frigthened like me
And all these emotions of mine keep holding me from
Giving my life to a rainbow like you
Tantas cosas me pasaron por la cabeza ayer viernes a la noche...
El dolor físico de ese 26 de mayo y los días que siguieron...
El otro dolor, el del 10 de noviembre, más el de los días posteriores y el de todos los días que vendrán...
Acompañado por el dolor del 7 de abril que ahora tal vez se apacigüe, a pesar de que nunca del todo...
Además, el dolor de aquel lejano 5 de diciembre, para el cual no tengo palabras...
Y el dolor de ese otro 11 de mayo, que era inevitable, lo sé...
Por otro lado, el dolor de ser mi principal adversario...
Se agregaba el remolino mental de estos momentos de decisiones jodidas, en el que tengo que ver si priorizo mi seguridad (sobre todo la material) o mi por momentos dudosa vocación...
Pero es curioso, también el 6 de octubre, adornado con huevos y polenta y peladas y champagne...
Y otros momentos felices que, no entiendo por qué, trajeron melancolía y ayudaron a los anteriores a llover.
Así fue esa hora y media sentado en mi banco extra large del living, cabeza para atrás contra la pared, un vaso de agua en la mesa, alma escurriéndose.
Cosas. Las digo ahora, en el orden de arriba, y las digo rápido. Intentaré no borrar lo que sigue, pero lo veo muy difícil, casi inevitable. Y lo más probable es que no lo repita, nunca más. No me mencionen algo de esto como si nada, es un paso temerario para mí publicarlo así. Si estamos solos, únicamente, y en oportunidad, toquen los temas muy suavemente:
Mi columna y mi pierna, los cuatro médicos diferentes, el hospital público, los pronósticos sombríos, y mi sufrimiento en carne viva, sin flaquear, siempre apretando los dientes y dándole para adelante...
Mi abuelo pálido, frío, en su cama; sollozos sobre él, dolor en el aire y en el fuego, una pareja que duró décadas, ahora al 50%; una abuela sin consuelo (aún hoy), y yo sentado en su sillón de siempre sin entender nada de nada...
Mi gatita convalesciente, mi corazón astillado, su incapacidad para saltar, su malestar, y el veterinario con sus ecografías y su nefasto diagnóstico, y su lengüita afuera, y su llanto, y de repente su ausencia, y hoy su fantasma cada vez que salgo a ese balcón o miro hacia esa puerta...
Mi mejor amigo en el pavimento, su cara desfigurada, el colectivo yéndose en huída, el cementerio como tormento preponderante de mi vida durante los últimos años de primaria, mi infancia marcada, un vacío irremediable, el status no reservado sino retirado para siempre, y una adopción con homenaje que incluso en 2004 hace que me tiemble la voz...
Mi ruptura después de casi cuatro años, un adiós demasiado largo, una situación sin probabilidades de remiendos, mil momentos felices dejados atrás y la imposibilidad de repetirlos por mi desamor...
Una secretaria que supo moverme el piso y despertar en mí esa simpatía a lo Hernán, su sonrisa, su voz tan dulce, su pasión por el zodíaco, nuestras charlas de café sobre el destino, y mi estupidez o cobardía o timidez de no invitarla a salir cuando era el momento; una antigua compañera, sus tretas para hacerme acordar una noche, en casi dos horas de conversación, que me volvía loco, su simpatía desinteresada y despreocupada, su forma de molestarme diciéndome "bebé", y (claro) mi estupidez o cobardía o timidez de no levantar el tubo y ubicarla de esa forma que ella sabe que puedo; y alguna(s) otra(s) jovencita(s) y de nuevo, mi estupidez o cobardía o timidez de no tirar para lo que me hace bien...
Mi nueva chance de jugarme, de arriesgarme ahora que mi vida apenas comienza, a pesar de que no quiera asumirlo, de dejar todo y arrancar de cero para ir más lejos, mi estado de ánimo alteradísimo, el exceso de tensión por las mañanas, la opción de pisar cabezas que no tomé, mis valores por sobre los de quien quería imponerme los suyos, mi notoria superioridad e inferioridad a la vez, dependiendo de los ojos a través de los que se mire --hoy me decidí y sí, pero hoy ya sé que no, aunque hoy ya estoy seguro de que sí, sin embargo hoy llegué a la conclusión de que no...
Mi amigo cercano (que vino de lejos) dejando de ser estudiante, su familia emocionada, los abrazos que cortaban la respiración, el objetivo alcanzado, el título como realidad palpable, la sensación de final del camino, la nostalgia del tramo por venir, la mugre alimentaria del egreso, la agresión a su pelo desde el minuto cero, el brindis con palabras y reconocimientos inesperados, el cariño por quien se lo merece en el resultado final, mi vista empañada durante horas por tener presente ese comienzo de carrera y de amistad, y una caminata a casa bien reveladora...
Mi familia, mis salidas, mis borracheras, cariño incondicional y a tiempo, mi amiga alejada, mi amiga cerca y mi amiga virtual, nuevos integrantes del núcleo básico, la música, mi pasión por mi par sanguíneo adolescente, la independencia, la dependencia en voz baja, las reincidencias, nada que perder, aquello que es más que la suma de sus partes, reencuentros. Y lo que ya está en la puerta, 24 breves octubres.
Tengo fechas marcadas con fibra de tinta permanente, no me había percatado. Enfatizo: el calendario es una maldición sobre el ser humano.
H.

Friday, October 8, 2004

Bienestar se busca

I found an island in your arms
Country in your eyes
Arms that chain us
Eyes that lie
Break on through to the other side
Tuve una entrevista de trabajo después de un largo tiempo sin esos trotes. Gozar de la estabilidad laboral propia del empleado del estado tiende a hacerte olvidar de lo jodido que puede estar todo afuera. Claro que teniendo ese respaldo, no sentí ni un gramo de nervios (ajá, se mide en gramos --a ver si alguien se anima a contradecirme).
Los detalles son aburridos, lo que importa es que como sabía que si no me tomaban no me iba a morir porque tengo la suerte de estar trabajando ("no seré feliz, pero tengo sueldo"), me mostré más que sereno y de cualquier forma caí bien parado.
Cosas buenas: es un laburo en lo que me gusta; voy recomendado, por una amiga de mi madre; hay (al menos me lo vendieron así) una posibilidad tentadora de mejorar mi posición a futuro; es relativamente cerca de mi casa y el 110, que pasa por mi puerta, me deja a una cuadra; es a partir del mediodía (ODIO despertarme todos los días a las 6 am) y hasta las 6 de la tarde; y me serviría para aprender en cantidad.
Cosas malas: buscan a alguien con experiencia (yo, con suerte, tengo la teoría); al comienzo me ocuparía de tareas muy administrativas como atender teléfonos y al público, y llevar cosas pa' allá y pa' acá; perdería mi preciado mes y medio de vacaciones por año, y mi tremenda obra social; trabajaría con toda gente más grande, y por lo tanto menos jodona --chau chau amigotes laborales; y el sueldo sería más bajo.
Me voy a detener en esto último. Resulta que esta amiga de mi vieja me había anticipado que la chica que se fue, y por cuyo puesto están buscando alguien nuevo, cobraba 600 mangos por mes, y por eso esperaba que me ofrecieran algo por el estilo. Pero eso nunca pasó, sino que me hicieron la terrible pregunta: "¿cuál es tu pretensión salarial?". Ahijuna, me la hizo bien, el tipo me sorprendió.
Es una situación tensa por demás. Si pedís poco lo más probable es que tengas un sí fácil pero te vas a morir de hambre, y si pedís una suma elevada te salvás las finanzas pero capaz que viene otro y te caga el puesto por decir una suma menor. Pensé rápido, y como ya había decidido que 600 era aceptable (me acordé de que todos mis cálculos antes de mudarme los había hecho sobre la base de $600 mensuales y me había dado a mí mismo el OK), me largué con introducción y todo.
"En este momento estoy cobrando 900 pesos, blah blah blah, me interesa mucho esta actividad, blah blah blah, estoy dispuesto a sacrificar parte de esa suma, blah blah blah, 600 pesos por mes sería lo correcto". Reconozco que es más de lo que un flaco que entra a un estudio empieza a cobrar: 400 pesugas, y con suerte. Por otro lado le estoy diciendo que tengo tanta pasión que brindar que (le) ofrezco renunciar a un tercio de lo que recibo hoy en día sólo por trabajar con él. Por tener esto en mente es que me sorprendió tanto su inmediata cara de "zarpado lo que estás pidiendo, es una fortuna!". Andalavartelort, tacaño.
Me dijo al final que se iba a comunicar conmigo cuando se decidiera. "Vos también pensalo", agregó. Puede ser que me llame, porque tengo algo de banca ahí, o eso me hizo creer la mujer que trabaja con él. Pero también me pasó el dato de que ya hay una competidora que pide menos. Emmm... andalavartelort vos también, desleal.
-------------
Dos muy buenas:.
Hoy volví al deporte, con ánimos de regularidad. No voy a ser nunca un pro, pero me las rebusqué para después de tantos meses pelotear un poco. Estoy esperanzado, el tenis me ayudó siempre a desenchufarme...
Hace unos ratos conocí a Nikki. =D
Para más datos, chequear mi flog.
H.

Tuesday, October 5, 2004

- Anexo Ferrero - Días 1, 2 y 3

Ya que estoy me explayo sobre mi finde festivalero.
El viernes, de vago y lenteja nomás, llegué a Ferro para ver sólo a Fito Páez (pf, me perdí al Flaco Spinetta, todo mal). En un momento se calentó porque el sonido era una porquería, tanto que tiró unos teclados al piso. Y reapareció de entre los muertos la Puyó (está demacrada y vieja, pobre) y cantó Fabi Cantilo, todo lindo lindo.
El sábado otra vez llegué tarde, pero por saludar a una amiga que cumplía años. Mi bronca al entrar y ver que Dancing Mood (una de mis bandas preferidas) estaba tocando al mismo tiempo que Los Cafres, en otro escenario, no se puede explicar con palabras. Me estafaron, es lo mínimo que pensé... chorros! Me hicieron creer que iba a ver a varias bandas que me gustaban pero resulta que es físicamente imposible!!!
Un detalle que no quiero dejar de mencionar sobre esa noche es la mala onda de los espectadores. No podía explicarme, ahí parado entre el público, cómo es posible que una banda como Mimi Maura (boleros, ritmos centroamericanos, dub) mueva más a la gente del rock (recordando el festival del año pasado, que tocaron el mismo día que Spinetta y Divididos, cuando todos con su música bailaban, y se había hecho literalmente una fiesta con banda en vivo) que a la del reggae. OK, a mí me gusta mucho (sip, ella también) y me sé las letras, cosa que no es necesario en los demás, pero... ¿ni un pequeño movimiento con el ritmo? ¿y encima silbarlos? Me pareció muy de más. Que se vayan a cagar, pardon my french. Todos estatuas, amargos... buuuuh buuuuh.
Otra cosita: la policía muy tranquila, no hubo bardos, no sacaron a los caballitos de la montada de sus establos sobre ruedas, todo bien. Ni siquiera te revisaban a la entrada... podías meterte con una caja de herramientas que nadie se iba a enterar.
Lo último, The Wailers, con mucha calidad. Pero con gusto a poco. Fue la muestra gratis para que gastemos 80 mangos en la entrada para la Trastienda :S
El domingo, ¿a que no saben qué? Sí, llegué tarde, claro. Mi excusa es que vino a casa Sam a tomar unos mates y nos quedamos charlando un rato hasta que llegó Sergio, recuperándose de sus malestares dominicales.
Me confieso: bueno, me animé y al son de Molotov, gran banda gran, me pegué unos saltos con la multitud. Era inevitable; fue una remembranza del agite en Obras de principio de año. Creo que no hay secuelas en mi columna ni en mi pierna, que está un poco acalambrada y nada más. No me parece que mi enfermedad me haya jorobado esta vez.
Al rato, otra vez lo mismo: cuando empezó León Gieco, fuimos a por unas hamburguesas y con sorpresa descubrimos que estaba tocando Cabezones, y vuelta a putear.
Cerraron Las Pelotas, con el show más pulenta y más largo hasta el momento. Ahí sí que ya no me importó nada mi salud y volví al pogo simple y llano (igual estoy bárbaro). Como siempre, sonaron más que bien y el público fue de lo más copado, todos cantando y con la mejor onda. Buuuh buuuh para los del sábado otra vez.
Terminé en casa a las tres de la matina horneando unas milanesas (!!!), tratando de calmar a mi pobre estómago que ya hablaba. Mis vecinos deben estar contentísimos con el ruido y los olores que venían de mi cocina. Era muy tarde, pero ya lo dice la canción de Tango Feroz: "Pero la lija es más fuerte..."
H.

Dorado de los dos lados

It used to be so easy
I never even tried
Yeah, it used to be so easy
But the last day of summer
Never felt so cold
The last day of summer
Never felt so old
Pasó mucho tiempo, pasaron y me pasaron cosas. Dejé de postear porque ni quería saber qué estaba pensando, esa es la verdad.
Ahora intento poner esta vida en orden. Logré después de varias charlas --en realidad después de tres en especial-- mirar a lo lejos y mirarme desde cerca, y ya tengo algunas conclusiones. Agradezco enormemente el oído, las caras y las palabras de mi hermana de sangre y mis dos 'hermanas' por opción. Y muchoooos otros amigos máaaaaasss...
Antes que nada, lo que hice lo hice por algo. La ayuda del alcohol en cantidad no puede confundirse con una razón por sí sola, no hizo más que permitir la salida de algo que ya estaba. Lo bueno es que no me arrepiento de aquella noche, que tuvo sus espirales, porque contrariamente a lo que podría suponerse me sirvió muchísimo para (después de más de dos años!) dar por cerrado un capítulo que no se había terminado sino que estaba en suspenso. Tan así, contrariamente a lo que se podría suponer, no siento nada por mi ex y no volvería a estar con ella. 99,99% seguro. El decimal que falta lo completaré la próxima vez que nos encontremos cara a cara. Punto y aparte.
Mi situación laboral está carcomiéndome las neuronas. Es todo lo que sé con seguridad por ahora; cuando pueda tomar las decisiones para las que parece que no tengo las agallas suficientes, volveré sobre el tema.
He llegado a la conclusión de que la vida se empeña en sonreirme, en colocarme en situaciones con mucho por ganar y poco por perder, mientras que yo desarrollé la habilidad sobrenatural de encontrar la forma de arruinar esa posibilidad, dejar pasar el tren y encima después quejarme como si fuera la pobre víctima. Por primera vez en mucho tiempo, y, tal vez por coincidencia, después del episodio de aquel sábado, tengo un abanico de opciones delante mío. Lo único que se me requiere es que haga algo, que me mueva por lo que quiero y lo que sé que me va a hacer bien. Y sí, quiero arrancar, pero por alguna extraña razón sigo poniéndome trabas, entorpeciendo mi camino. Si diera detalles, más de uno diría que soy el más idiota del planeta... Sólo hace falta una mísera llamada (con respecto a la una), o una simple invitación: "vamos a tomar algo" (con respecto a la otra). Lo peor es que sé que la respuesta va a ser 'sí', y entonces tengo que aceptar que no es miedo al fracaso, es algo más, ¿es el miedo a que me vaya bien? ¿Soy en serio mi peor enemigo?
Gracias al o a la anónimo/a que comentó sobre mi 'reincidencia', en sintonía con lo que yo ya estaba pensando. Un detalle raro sobre eso: terminó sus palabras con un punto y un guión (".-"), como mucha gente de mi futura profesión... mmm...
H.