8/07/07 (Domingo)
Barcelona, España
Distingo un patrón que comienza a repetirse, día tras día:
. despertar temprano
. ir hasta mi transporte
. viajar calmo
. llegar a la oficina de información turística de la ciudad de que se trate
. desesperar por no encontrar un hostel con camas libres
. cambiar por hostal u hostería
. relajarme un rato en mi nueva habitación
. empezar el recorrido con total ansiedad
. relajarme nuevamente al caer el sol
. ducharme
. dormir profundamente
. y de nuevo al inicio!
Las dos horas dando vueltas por la calle con la mini-valija son terribles.
Ah, y al momento de arrancar el recorrido, siempre es indispensable pasar por un mercado.
Esta rutina se interrumpe mañana. El tren decidió por mí esta vez, ya que me forzó a tomar la única formación hacia Montpellier, la cual sale a la tarde y llega a destino por la noche.
Como si no tuviera bastante con el idioma que me espera, ahora tendré que buscar alojamiento no sólo en francés, sino también en horas nocturnas.
Los hechos a los que esta página se refiere son ficticios; toda semejanza con la realidad es coincidencia... etcétera.
En síntesis: nada de lo que se lea y pueda ser usado en mi contra debe ser tomado demasiado en serio.
Y si lo que aquí escribí molesta: la pequeña cruz de ahí arriba cierra el navegador, ¡no me jodan!
Wednesday, February 25, 2009
Thursday, February 19, 2009
Notas de viaje 017
8/07/07 (Domingo)
Barcelona, España
Cuando entré a la recepción del "Hostal Dos Mundos", las figuras religiosas al estilo hindú me hicieron sospechar. Pero dejando prejuicios de lado [y sobreponiéndome a la situación de hablar con el recepcionista indio que no entendía español, ni inglés] me propuse ser abierto, y contraté.
La subida al segundo piso fue aún más desesperanzada, pues me mostró un edificio cayéndose a pedazos.
Para mi sorpresa, la habitación Nº 210 es la más linda, agradable y confortable de todas las que he ocupado hasta el momento. Es más, tiene una ventana enorme con vista a la Plaza Real.
Moraleja: Resultó ser verdad que el empaque no necesariamente representa el contenido.
Confirmación: Mi pinta actual de delincuente fugitivo no hace justicia a mi forma de ser.
Corolario: Mejor conocer primero, y en base a eso opinar después.
Barcelona, España
Cuando entré a la recepción del "Hostal Dos Mundos", las figuras religiosas al estilo hindú me hicieron sospechar. Pero dejando prejuicios de lado [y sobreponiéndome a la situación de hablar con el recepcionista indio que no entendía español, ni inglés] me propuse ser abierto, y contraté.
La subida al segundo piso fue aún más desesperanzada, pues me mostró un edificio cayéndose a pedazos.
Para mi sorpresa, la habitación Nº 210 es la más linda, agradable y confortable de todas las que he ocupado hasta el momento. Es más, tiene una ventana enorme con vista a la Plaza Real.
Moraleja: Resultó ser verdad que el empaque no necesariamente representa el contenido.
Confirmación: Mi pinta actual de delincuente fugitivo no hace justicia a mi forma de ser.
Corolario: Mejor conocer primero, y en base a eso opinar después.
Friday, February 13, 2009
Notas de viaje 016
8/07/07 (Domingo)
Alacant, España
Como en las películas, el tren casi partía cuando el último pasajero [yo] llega corriendo [y todo transpirado], arroja su equipaje a través de las máquinas previas al embarque ["arroja" literalmente, ante el asombro del personal de seguridad] y se sube saltando al último coche, con la adrenalina a tope.
Y todo por desorientado, que incluso contando con un mapa me perdí y al salir tomé la dirección opuesta a la que debía.
-------------
No me había percatado al venir de que nunca antes en mi vida había viajado en tierra a semejante velocidad... 300km/h no es joda. Acabamos de pasar a un tren regular que iba andando, como liebre a tortuga.
Qué groso que es, además, que en mis auriculares Renfe [Red Nacional de Ferrocarriles Españoles] esté sonando Depeche Mode.
Termina el tema, y ¡hora de la siesta!
Alacant, España
Como en las películas, el tren casi partía cuando el último pasajero [yo] llega corriendo [y todo transpirado], arroja su equipaje a través de las máquinas previas al embarque ["arroja" literalmente, ante el asombro del personal de seguridad] y se sube saltando al último coche, con la adrenalina a tope.
Y todo por desorientado, que incluso contando con un mapa me perdí y al salir tomé la dirección opuesta a la que debía.
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No me había percatado al venir de que nunca antes en mi vida había viajado en tierra a semejante velocidad... 300km/h no es joda. Acabamos de pasar a un tren regular que iba andando, como liebre a tortuga.
Qué groso que es, además, que en mis auriculares Renfe [Red Nacional de Ferrocarriles Españoles] esté sonando Depeche Mode.
Termina el tema, y ¡hora de la siesta!
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