Thursday, November 29, 2012

Encuesta

Perdón por no haberlas transmtido *prontamente* como se me requirió.
De todas formas, he aquí mis respuestas.

1. Yo como la empanada utilizando los deditos, y debo así comerla, como todo ser vivo puesto que nos encontramos obligados a hacerlo -por el buen gusto y el respeto al empanador de la Pampa Húmeda-, sea que previo a ello me haya lavado las manos o no. Es indiferente.

Aclaraciones:
a. Si se tratara de una empanada demasiado caliente (¿ardiente?), me permitiría en ese único caso utilizar un cuchillo (de filo, nunca de sierrita, ojo) para cortarla en dos partes y lograr así apresurar su enfriamiento. NUNCA se corta la empanada en más de dos partes, se sobreentiende, ¿no?
b. Si se tratara de una empanada jugosa y/o caldosa, he de recomendar la utilización de una servilleta de papel sostenida debajo por la otra mano, a una distancia razonable pero prudente, para así atajar los rezagos líquidos. Bajo ningún punto de vista puede usarse para ello un plato. Por favor, qué atrocidad.
c. De más está explicar que si es una de verdura, no es puntualmente una empanada. Es una maldita tarta cerrada con repulgue, no jodamos.

2. Yo como los ravioles con un tenedor, que uso únicamente para pincharlos. Entiéndame, usar un cuchillo es despreciable pero cortarlos con el mismo tenedor simplemente me espanta. Basta de mariconeadas, el raviol va entero y se mastica con los cachetes inflados si hace falta.

Aclaraciones:
a. Ah, ¿y si son ravioles REALMENTE grandes? Pues abran realmente grande la boca, mi gaucho y/o mi china. No se me hagan los recatados o pudorosos, que aunque nadie lo diga todos saben que se puede, y las probabilidades razonables dicen que ustedes ya lo han practicado. Aparte, el comer es un placer pero también nuestro único medio de subsistencia. [Salvo que se lleve conectado un suero, o una sonda gástrica, pero no quiero entrar en temas tan delicados.]
b. ¿Los añolotis y los sorrentinos son ravioles? Nunca lo entendí. Si la respuesta es sí, a hacerse macho y comerlos igual. Si la respuesta es no, pues entonces... son malditas tartitas hervidas, con salsa arriba. Comida de debiluchos en dieta, en fin.
c. La tradición tana es tan fuerte como la criolla; la diferencia está en el castigo. O sea, más que la condena de la sociedad y la crítica por desubicación, si mi nonno lo viera a usted cortando el raviol, probablemente haría lo mismo que si lo viera almorzando con cerveza en lugar de hacerlo con vino. Le daría un cortito en la nuca, para ver si le arranca el cerebro de una buena vez, o si los parásitos que le han carcomido las neuronas se retiran en pánico. Así de cariñoso es él; tiene tanto amor como edad.