Los hechos a los que esta página se refiere son ficticios; toda semejanza con la realidad es coincidencia... etcétera. En síntesis: nada de lo que se lea y pueda ser usado en mi contra debe ser tomado demasiado en serio. Y si lo que aquí escribí molesta: la pequeña cruz de ahí arriba cierra el navegador, ¡no me jodan!