Friday, October 29, 2004

Segundo a segundo

Si me cansé de obedecer, de ser correcto
Me corresponde ser obediente a mi parecer
Y hoy me doy cuenta que padeciendo también me canso
Siempre que no pertenezca voy a pertenecer

Si me cansé de ceder
Fue porque cediendo te vas muriendo en vida
Si me cansé de llorar
Fue porque en las lágrimas no encontré salida
Si me cansé de siempre correr
Fue porque muchas cosas las perdí
Por correr noche y día
Si me cansé de mirar
Fue porque mirando ví una vez a la muerte
Semanas sin postear nada de nada, sin cambiar el template, sin comentar en mis blogs favoritos... y no es la última vez que va a pasar.
Ya tengo contratada a Marü, de palabra, para que se encargue de hacer todo el diseño de nuevo --el mío terminó siendo repulsivo. Falta poco, ya va a mejorar y voy a volver a quererlo.
No voy a explayarme sobre mis últimos tres días en el festival en Ferro, a esta altura ya no es nada interesante y mis memorias tampoco están tan frescas. Basta decir que el balance fue muy bueno, la pasé bárbaro y sindudamente en un año me verán paseando por allí otra vez.
Prefiero recordar mi cumpleaños y el finde que le siguió.
Éramos más de 35 personas en casa (y eso que no es muy grande), gente querida por donde se mirara, y todos con la mejor onda. Y la pasé mucho mejor de lo que esperaba.
Es que nunca me gustó mi cumpleaños --sí, así como hay gente que con las fiestas en fin de año se pone medio melancólica y triste, o hay quienes odian los domingos por lo depresivos que pueden volverse, yo deseo que mi cumple pase rápido y no vuelva por mucho tiempo más. Pero el desgraciado siempre regresa un año después.
No me molesta recordar que el tiempo no para, eso lo tengo siempre presente. Mi intento de explicación: todo tiene que ver con mi forma de ser en general. Desde chiquito prefiero el bajo perfil a los primeros planos, a ser el centro de atención. Disfruto de pasar desapercibido, y por eso mi ropa poco llamativa, con colores sobrios, nada de tonos chillones ni modelos que puedan atraer miradas. No me gusta que los ojos de los demás estén sobre mí, ni para bien ni para mal. Si alguien piensa que este rol es nada más y nada menos que "extra de la vida", estoy de acuerdo: soy un actor secundario, no me gustan los protagónicos. No soy estrella, nací para ser el tipo ordinario que pasa caminando por atrás mientras la acción se desarrolla en otro lado. Para resumir, ese día, en el que tantos pensamientos están dirigidos a mí, me supera, me hace sentir incómodo.
Terminamos unas doce personas saliendo, con alto nivel etílico en sangre. Y los festejos siguieron el sábado en otro cumpleaños (en Club 74, onda setentosa, muy pintoresco), acompañado de desayuno de tortas sobrantes, con Marü en casa, y el domingo en la tarde en Parque Lezama tomando algo mientras sonaba Arbolito en vivo. Me acuerdo de lo poco que dormí y todavía no entiendo cómo aguanté.
Pero las noches de diversión se prolongaron. Rapidito: lunes, fui apoyo moral y cervecero para Rodrigo en momentos duros con su ahora ex (?); martes, fui invitado VIP =P en el Roxy con la presentación en vivo del nuevo disco de Cuentos Borgeanos, cuyo cantante, ex batero de Catupecu Machu, es novio de una amiga del hermano de Ro (latas de Quilmes a montones + pizzetas y sanguchitos + famosos dando vueltas por ahí + buen show + todo gratis), y final de noche en Jobs (más cerveza!); miércoles, demasiado en el dos por uno de Museum. Me desconozco totalmente.
-------------
Hoy es viernes. Hoy voy, de vuelta. Hoy... ¿me animaré? Lo dudo mucho.
H.